El Parque Industrial China-Bielorrusia se yergue como una gran piedra

Autores: Ma Liwenbo (China) y Yekaterina Radionova (Bielorrusia)

En la provincia de Minsk, Bielorrusia, las personas que entran y salen del Parque Industrial China-Bielorrusia notan una icónica roca en la entrada del parque. “Gran Piedra” es el nombre que el presi-dente bielorruso Alexander Lukashenko otorgó al Parque Industrial China-Bielorrusia, pues constituye “la piedra angular de la amistad entre los pueblos de China y Bielorrusia”. Gracias a la promoción activa de los dos Gobiernos, esta “Gran Piedra” se alza majestuosa. La implementación de una serie de medidas ha acelerado la construcción del parque a una velocidad asombrosa, ha creado un excelente entorno de inversión para las empresas instaladas en él, y ha traído más y más beneficios a las empresas de Bielorrusia y de muchos otros países.

Hoy en día, al elevar la mirada hacia el horizonte, se ven las banderas de China y Bielorrusia que ondean a ambos lados de las anchas carreteras del parque; la exhibición de logística y el centro de comercio que deslumbran con su característico estilo chino; las paredes de cristal con diseño único del edificio general de oficinas que resplandecen bajo el sol; y el centro de innovación científica y tecnológica, cuya construcción fue financiada por el Gobierno chino y que brilla como un diamante azul. A medida que los trabajadores intensifican las tareas de construcción, uno a uno los edificios se van elevando y una nueva ciudad industrial rebosante de vitalidad nace en esta tierra de esperanza.

Se levanta la “Gran Piedra”

El Parque Industrial China-Bielorrusia es el mayor proyecto de promoción de inversiones en Bielorrusia. Tanto China como Bielorrusia sacan provecho de sus respectivas fortalezas y activamente brindan sus servicios a empresas de varios países, haciendo que el entorno de inversión sea cada día más conveniente y optimizando cada vez más la infraestructura. Además de contar con amplias perspectivas de mercado, el parque ha atraído a más y más empresas, lo que agrega vitalidad e ímpetu al desarrollo económico de Bielorrusia.

La eficiencia del parque es sorprendentemente alta. En muchos otros parques industriales, normalmente las empresas que ingresan tienen enfrentarse a complicados procedimientos comerciales, engorrosos formularios de solicitud... lo que consume una gran cantidad de tiempo. Sin embargo, en el Parque Industrial China-Bielorrusia las empresas no padecen tales molestias.

Hay una sala especial en el amplio edificio de oficinas del parque. En las paredes a ambos lados de la entrada están los logotipos de todas las empresas instaladas en él. Adentro hay varios cubículos separados por paneles de cristal. “Esta es la sala de servicio integral de ‘una sola parada’ que se estableció en el parque, inspirada en la experiencia de Suzhou, China. Aquí trabaja el personal de varios departamentos gubernamentales de Bielorrusia”, explicó el primer subdirector del comité de gestión. En la actualidad, ya está en funcionamiento el sistema de servicio electrónico integral de “una sola parada”, con interfaces en ruso, chino, inglés, alemán y otros idiomas. El noventa por ciento de los trámites que las empresas deben realizar se pueden procesar en línea, lo que no solo es muy conveniente, sino que también ahorra muchísimo tiempo.

Además de su alta eficiencia, la velocidad de construcción del Parque Industrial China-Bielorrusia también es impresionante. Por ejemplo, cuando una empresa hizo una inversión para construir una fábrica era invierno, de modo que el gerente de la compañía creyó que era poco probable que se comenzara la construcción en el corto plazo. Sin embargo, tan solo cuatro meses después, la empresa se mudó a su nueva casa de alta calidad en el parque.

“Nunca entrarás en el mismo Parque Industrial China-Bielorrusia”. Así es como los bielorrusos locales describen su velocidad de construcción.

Solo tomó un año construir la infraestructura esencial: la central eléctrica de 110 kilovoltios comenzó a proporcionar electricidad; se instalaron redes de suministro de agua y gas, sistemas de drenaje, y redes de comunicación; y se construyeron edificios de oficinas, fábricas estándar y la planta de tratamiento de aguas residuales. En 2016, en promedio se construyeron diariamente 36,5 metros de carreteras, 110,1 metros cuadrados de fábricas estándar y 11,9 metros cuadrados de edificios de oficinas, creando un milagro de construcción.


El Parque de Comercio y Logística China-Bielorrusia ya inició sus operaciones

“Todo está surgiendo de la nada y nuestro sueño se está haciendo realidad”. El primer subdirector del comité de gestión del Parque Industrial China-Bielorrusia manifestó entusiasmado: “China es un gran amigo de Bielorrusia”.

Durante la construcción del parque, debido a la gran cantidad de materiales de construcción que había que transportar, la estación de trenes a las afueras de Minsk se convirtió en una parada importante para el tren de carga China Railway Express. Además, la línea férrea en el parque conduce directamente al aeropuerto de Minsk. La Aduana de Bielorrusia estableció una oficina en el parque para acelerar el despacho aduanero. El Parque de Comercio y Logística China-Bielorrusia garantiza a las empresas un completo apoyo logístico en la cadena de suministro, que incluye servicios como el comercio, depósito y procesamiento industrial de aduanas.

Un adagio popular chino dice: “Cuantas más manos recojan leña, más alta será la fogata”. Gracias a los esfuerzos conjuntos de China y Bielorrusia, el entorno de inversión del parque ha sido elogiado por más y más empresas.

En 2017, Bielorrusia relajó aún más las restricciones sobre los tipos de proyectos que pueden ingresar al parque. Al mismo tiempo, el Parque Industrial China-Bielorrusia también redujo el capital mínimo registrado para proyectos de investigación científica, proyectos estructurales y proyectos tecnológicos experimentales de cinco millones a 500.000 dólares estadounidenses. La política fiscal del parque permite a las empresas enfocar todas sus energías en su propio desarrollo con la menor carga...

Cuando las flores retoñan, las mariposas llegan. Uno a uno, llamativos letreros se van colgando dentro del parque. Con su infraestructura, servicios y políticas, este atrae a cada vez más empresas para que echen raíces aquí.

Al mismo tiempo que la capacidad de atracción del Parque Industrial China-Bielorrusia se fortalece, también aporta vitalidad y beneficios a la región. Solo en 2018, el parque aportó 16,7 millones de dólares estadounidenses en impuestos al gobierno local. Más de 5.000 bielorrusos encontraron trabajo aquí. El valor de los contratos con las empresas locales de construcción que subcontratan proyectos en el parque alcanzó casi los 100 millones de dólares estadounidenses. El número de empleados bielorrusos que participaron en las capacitaciones de gestión empresarial realizadas por el equipo chino superó los 300.

Al inicio y al final de la jornada laboral, en los autobuses del parque siempre se puede ver a personas de todo el mundo, cuyos rostros rebosan confianza. Son como una enorme y animada familia internacional. En efecto, el parque se asemeja cada vez más a un nuevo hogar: las sedes bancarias ya ofrecen sus servicios a clientes externos, los empleados ya se mudaron a amplios y luminosos apartamentos, y abajo hay completas instalaciones de servicios como oficinas de correos, farmacias, clínicas y supermercados. Además, hay estaciones de bomberos de estilo bielorruso, cajeros automáticos en varios idiomas, 24 vallas publicitarias y un bar con temática de la Segunda Guerra Mundial llamado “El taller del oficial”. La vista a vuelo de pájaro del parque muestra que más de 20 cinturones de bosque virgen, de 30 a 50 metros de ancho, forman barreras de protección ecológica. Los casi 1.000 árboles frutales recién plantados se revelan exuberantes y lozanos. Todo rezuma vitalidad...

El sueño de motores hecho realidad en el parque industrial

Maz Holding Group es la empresa estatal más grande de Bielorrusia y alguna vez fue una de las fábricas de automóviles más grandes de la Comunidad de Estados Independientes. En el Museo Fábrica de Automóviles Maz, una gran cantidad de trofeos, modelos y fotos registran su histórico esplendor...


La empresa conjunta Maz-Weichai

Entre ellas, dos fotos hicieron que Wang Mingli, un ingeniero técnico automotriz chino, suspirara de intensa emoción.

Una de las imágenes muestra a expertos de la planta de automóviles Maz ayudando a construir la industria automotriz de China en la década de 1950. En aquel entonces, la tecnología y los recursos de la recién fundada República Popular China eran relativamente deficientes y escasos, y fueron los expertos soviéticos quienes ayudaron a la industria automotriz china a que comenzara a dar sus primeros pasos. La otra foto es de la ceremonia de inauguración en 2017 de la empresa conjunta Maz-Weichai en el Parque Industrial China-Bielorrusia.

Después de 60 años, las empresas chinas comenzaron a cooperar con la planta de automóviles Maz y así crear una nueva historia.

Dado que no cuenta con la capacidad de producir motores, Maz tiene que gastar mucho dinero para comprar motores y equipos de diagnóstico del extranjero, lo que afecta enormemente su desarrollo. Los viejos empleados del taller de ensamblaje de Maz siempre suspiran lamentándose: ahora la fábrica solo produce alrededor de 10.000 automóviles al año, lo cual es mucho menos comparado con la anterior producción anual de casi 30.000 vehículos durante su apogeo.

Para Maz, poder producir motores de forma independiente es la clave para rejuvenecerse y acelerar su desarrollo.

El Parque Industrial China-Bielorrusia facilitó la cooperación entre Maz y Weichai Power. Las dos compañías establecieron una empresa conjunta en el parque, lo que permitió a Maz poseer una cadena industrial completa de producción de camiones y así poder “correr” a toda velocidad.

Para que los automóviles Maz corran mejor, Maz-Weichai envió empleados a China a estudiar y así dominar completamente la tecnología de fabricación de motores. Además, las empresas chinas donaron equipos de capacitación por un valor de casi un millón de dólares estadounidenses al Instituto de Ingeniería Automotriz de Minsk; establecieron un centro de capacitación en motores y sistemas de propulsión; y crearon mecanismos de formación bidireccionales para el personal técnico de motores. De este modo han resuelto por completo el problema de Bielorrusia de capacitación y cultivo de talentos en el campo de la tecnología de motores.

Por las vicisitudes de la historia, el Parque Industrial China-Bielorrusia ha sido testigo de la renovada cooperación entre las empresas chinas y bielorrusas, y de la realización de su sueño de desarrollo común.

Una aldea dentro del parque industrial

La aldea de Calf es un pequeño pueblo de cien años de historia ubicado dentro del Parque Industrial China-Bielorrusia.

Al escuchar que se iba a construir un parque industrial al lado de sus hogares, los habitantes de Calf se preocuparon un poco. Los inquietaba perder el paisaje rural y el aire puro, y aún más verse obligados a reubicarse...

El Parque Industrial China-Bielorrusia incluyó al pueblo en su área de protección ecológica. No tocó ni una casa, ni cayó ningún árbol. Además, construyó una carretera de asfalto para los aldeanos. Las preocupaciones de los aldeanos finalmente se disiparon.

Hoy en día, el pueblo permanece intacto en el parque y, con mejores vías, sus habitantes llevan una vida mejor. Recientemente, varias casas privadas a lo largo de la carretera han sido renovadas y algunas de sus puertas pintadas de nuevo. Sobre la carretera de asfalto perfectamente nivelada, las niñas juegan y se divierten montando en sus triciclos.


Ceremonia de apertura de la nueva carretera de asfalto

“Antes de que se construyera la carretera, aunque la aldea tenía calefacción central y suministro de gas, muchos pobladores estaban reacios a quedarse aquí durante el invierno y la primavera, debido a los inconvenientes de movilidad”, relata Radionova, quien creció en la aldea y ahora trabaja en el parque industrial. Cuenta que desde que se construyó la espaciosa y llana “Carretera de la Amistad entre China y Bielorrusia”, los viajes se volvieron fáciles y convenientes, y la gente está cada vez más dispuesta a regresar a la aldea. Dado que el parque contrata a empleados locales, muchos jóvenes del pueblo trabajan casi en la puerta de sus casas. Al mismo tiempo, el parque compra las verduras y frutas cultivadas por los pobladores, lo que aumenta sus ingresos.

El 13 de julio de 2016, Bielorrusia fue golpeada por un enorme huracán. Un gran número de casas en el raión de Smalyavichy, donde se encuentra el parque industrial, fueron destruidas por los feroces vientos y los árboles quedaron fracturados por la mitad. La empresa China Merchants Group, que participó en el desarrollo del Parque Industrial China-Bielorrusia, donó inmediatamente 100.000 dólares estadounidenses en asistencia de socorro para ayudar a los residentes locales a reconstruir sus hogares.


Paisaje de Bielorrusia

En su camino hacia la zona afectada por el desastre, el personal del China Merchants Group pasó por la aldea de Calf y vio la siguiente escena: un anciano de barba y cabello cano caminaba por una vía de tierra lodosa y resbaladiza. Cuando un automóvil pasó junto a él, el hombre no tenía a dónde moverse y el barro le salpicó todo el cuerpo...

De inmediato, el personal llevó al anciano de regreso a su casa, y por esto se enteró de que solo había una ruta para salir y entrar del pueblo: una vía de tierra irregular y llena de baches. Cuando la nieve se derretía o llegaba el clima lluvioso, había barro y charcos por doquier, dificultando la movilidad, especialmente para los ancianos y los niños. Por décadas los aldeanos habían esperado que el gobierno pudiera asfaltar esta carretera.

China Merchants Group decidió ayudar a los aldeanos y donó 120.000 dólares estadounidenses de su fundación benéfica para arreglar la vía.

Un mes después, se terminó la construcción de una carretera de asfalto de 5 metros de ancho y 1.200 metros de largo.

El anhelo de los pobladores, por el que habían suspirado tanto tiempo, se hizo realidad en un mes.

El día de la ceremonia de apertura de la carretera, el sol de la tarde estaba particularmente resplandeciente. La abuela Lida, de 86 años, recogió una cesta de fresas frescas de su patio trasero, se puso una hermosa diadema y salió de su casa con la ayuda de su nieta Anita.

Todos los más de cien aldeanos llegaron al sitio muy temprano. La banda adolescente de vientos interpretaba piezas musicales y el equipo de etiqueta sostenía globos rojos y azules. La gente estaba reunida de dos en dos y de tres en tres, y sus voces y risas se escuchaban de uno y otro lado.

Los verdes y frondosos álamos recién plantados a ambos lados de la nueva carretera proyectaban sombras que se mecían sobre la vía recién pavimentada.

En la ceremonia, la abuela Lida, con sus manos trémulas, le obsequió las fresas al representante de China Merchants Group en nombre de los pobladores, y murmuró: “¡Gracias a China!”.

Para expresar su gratitud a las empresas chinas, el gobierno local de Smalyavichy encontró especialmente una gran piedra, talló en ella la inscripción “Carretera de la Amistad entre China y Bielorrusia” en chino y en ruso, y la erigió en la entrada de Calf.

Y aún hay muchas más historias en esta aldea.

Con la llegada del otoño, las manzanas del pueblo maduran. Dado que los aldeanos están acostumbrados a que la naturaleza por sí misma reemplace lo viejo por lo nuevo, dejaban que las manzanas que no podían comer se cayeran y se pudrieran.

Ante tal escena, al personal chino le dio lástima. Pronto se les ocurrió una idea: ya que hay pocos habitantes en la aldea y mucha gente en el parque, ¿por qué no realizar un evento de interés público para comprar las manzanas, evitar el desperdicio y beneficiar a los aldeanos?

De inmediato, la idea fue muy bien recibida por los residentes locales. Teniendo en cuenta que para los ancianos no es conveniente desplazarse, los compradores cargaron la balanza, pesaron las manzanas frente a ellos y les entregaron el dinero allí mismo. Después de una ocupada mañana, la empresa china compró 2.400 kilos de manzanas. Esta actividad convirtió a las manzanas que antes se caían y se podrían, en rublos que llegan a las manos de los pobladores...

Además, China Merchants Group también ha financiado a futbolistas adolescentes locales, donó equipos de calefacción a la organización Aldeas Infantiles SOS Internacional Bielorrusia y adquirió árboles frutales para la restauración ecológica del Parque Industrial China-Bielorrusia...

El parque ha aportado alta tecnología y un alto valor agregado a Bielorrusia. Las personas locales consideran que trabajar en él es motivo de orgullo y esperan que el desarrollo del parque les traiga un futuro mejor.

El Parque Industrial China-Bielorrusia también ha establecido una magnífica plataforma de cooperación internacional para más empresas, que esperan alcanzar un desarrollo próspero en el parque.

Esta nueva ciudad internacional, que integra ecología, habitabilidad, industria, vitalidad e innovación, ya ha pasado de los planos a la realidad.

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Reseña del proyectop>

El Parque Industrial China-Bielorrusia es un importante proyecto de cooperación construido conjuntamente por China y Bielorrusia. El parque está ubicado cerca del Aeropuerto Nacional de Minsk, con un área planificada de 91,5 kilómetros cuadrados. Es un proyecto clave para la promoción de inversiones en Bielorrusia y una importante plataforma para la introducción de tecnología industrial avanzada internacional.

Hasta noviembre de 2019, el Parque Industrial China-Bielorrusia había completado carreteras, redes de alcantarillado y otra infraestructura de la primera fase, que cubre un área de 8,5 kilómetros cuadrados, y 60 empresas habían ingresado oficialmente en él. Entre ellas, además de las empresas chinas y bielorrusas, también hay compañías de países como Estados Unidos, Alemania, Austria, Lituania, Israel y Suiza, que abarcan sectores como maquinaria, telecomunicaciones, nuevos materiales, nuevas energías, biomedicina, servicios financieros, entre muchos otros.