En Guinea, el billete de denominación más grande, el de 20.000 francos guineanos, muestra en su parte posterior la estación hidroeléctrica Kaleta construida por una compañía china. Cuando se emitió el billete, la estación hidroeléctrica todavía estaba en la etapa final de su construcción. Esta fue la primera vez que se veía algo así en Guinea y rara vez en el mundo.

La parte posterior del billete de 20.000 francos guineanos que muestra la estación hidroeléctrica Kaleta

Curiosamente, otra estación hidroeléctrica aparece en la parte posterior del billete de 5.000 francos guineanos. Es la estación hidroeléctrica Kinkon que China construyó en la década de 1960, fue la primera estación hidroeléctrica construida en Guinea después de que se independizó en 1958.

Guinea es conocida como la “torre de agua” de África Occidental. Durante más de medio siglo, China y Guinea han trabajado juntas para el desarrollo de la industria hidroeléctrica de este último a fin de transformar la torre de agua de África Occidental en una torre de energía.

La parte posterior del billete de 5.000 francos guineanos que muestra la estación hidroeléctrica Kinkon

Guinea, el lugar de nacimiento de los tres ríos principales en África Occidental, el Níger, Senegal y Gambia, tiene el potencial de generar al menos 6.000 mw de energía hidroeléctrica. La energía hidroeléctrica ha sido un sueño de generaciones de guineanos. Sin embargo, debido a la débil base económica y la falta de desarrollo a gran escala, el aprovechamiento de los recursos hídricos se mantuvo bajo durante mucho tiempo.

En el pasado, Guinea sufría una escasez aguda de electricidad. Incluso en la capital Conakry, era común tener apagones docenos de veces al día. La situación se mejoró enormemente después de la finalización de la estación hidroeléctrica Kaleta en 2015. No solo ha resuelto la escasez de energía en Conakry, sino que también está suministrando electricidad directamente a las áreas circundantes. Conakry también ha visto un auge de compras de electrodomésticos, y algunas tiendas se están quedando sin existencias de televisores y refrigeradores.

La vida de la gente del común ha cambiado mucho. En el pasado, Kama, un aldeano local, se acostaba temprano en la noche. Ahora tiene un sistema de televisión y música, y a menudo mira partidos de fútbol en vivo con sus amigos, animando a su equipo. El fin de semana, va a fiestas con otros aldeanos, cantando y bailando en la plaza iluminada.

Todavía se emociona cuando habla sobre la ceremonia de inauguración de la estación hidroeléctrica. Ese día, la música tradicional guineana resonó en la estación hidroeléctrica Kaleta con gente cantando y bailando con ella. “Nuestro presidente y muchos líderes, ministros y embajadores de una docena de países africanos asistieron a la ceremonia. ¡Más de 2.000 personas estaban allí!”, recordó Kama con entusiasmo.

Ya en la década de 1900, Guinea esperaba construir una estación hidroeléctrica en Kaleta, pero no pudo hacerlo durante mucho tiempo hasta que China acudió en su ayuda. Ahora, su sueño centenario se ha hecho realidad.

El precioso río Konkouré

Siendo la estación hidroeléctrica Kaleta el primer gran proyecto hidroeléctrico de Guinea, los técnicos no tenían experiencia previa para guiarlo.

“He estado trabajando para la estación hidroeléctrica en el río Konkouré durante muchos años. Cuando los técnicos chinos vinieron a hacer una encuesta de campo, yo fui su guía. En ese momento, nadie creía que se pudiera construir una estación hidroeléctrica tan grande en el río”, dijo el jefe de una aldea local.

No estaba exagerando. Muchas dificultades inesperadas surgieron durante la construcción.

La primera fue cómo transportar personas y materiales al sitio de construcción.

Al principio, solo había un camino de tierra desde Conakry hasta el sitio. Pero un río, de más de 200 metros de ancho, corría por el medio del camino, lo que significaba que la gente tenía que depender de los transbordadores para cruzarlo. Una vez que comenzó el proyecto, lo primero que había que hacer era construir una carretera y un puente para abrir una línea de transporte, para que grandes equipos, materiales y personal pudieran llegar al sitio sin problemas.

Menos de medio mes después de que comenzara el proyecto, se construyó un puente temporal Bailey y el camino lleno de baches se convirtió en un camino ancho y parejo. No solo hizo las cosas convenientes para el trabajo del proyecto, sino que también facilitó la vida a la gente local. Con la carretera recién construida, los bienes como cultivos, plátanos y carbón comenzaron a transportarse fácilmente a Conakry, Dubreka y otras ciudades grandes para ser vendidos allí y los ingresos de los aldeanos aumentaron. Estos fueron al sitio del proyecto para expresar su gratitud a los “amigos chinos” con canciones y bailes locales.

La falta de materiales de construcción fue otro problema importante.

La base industrial local era relativamente débil y solo había cuatro fábricas de cemento. Además, la mayoría de los equipos y materiales tuvieron que comprarse en el extranjero. El constructor del proyecto, China International Water & Electric Corp., una subsidiaria de China Three Gorges Corporation, movilizó su red global de proveedores y completó rápidamente la adquisición, asegurando el progreso del proyecto.

La tercera dificultad fueron los altos requisitos técnicos y el complejo entorno de construcción.

Además de la tarea principal de construir la estación hidroeléctrica, el proyecto también incluyó la reconstrucción de la red eléctrica urbana y rural, la construcción de una subestación y línea de transmisión, la construcción de carreteras y puentes y otros proyectos que involucran la construcción de una presa de río, desviación de agua, generación de energía, transformación y transmisión a los hogares.

Vista panorámica de la estación hidroeléctrica Kaleta

El área de construcción de 160 kilómetros tenía un entorno complejo, desde bosques tropicales escasamente poblados hasta numerosas aldeas, y la capital densamente poblada.

Sin dolor, no hay ganancias. El equipo del proyecto superó las dificultades a fuerza del trabajo duro y todo el proyecto se completó a tiempo.

Los constructores tuvieron que enfrentar no solo los problemas en el proceso de construcción sino también las duras condiciones de trabajo e incluso la amenaza de epidemias mortales.

En Guinea hace un calor sofocante en verano y los constructores chinos la sudaron en la tierra roja del país lejano. Al final del trabajo todos los días, su overol estaba empapado en sudor.

La malaria fue otra prueba que tuvieron que soportar. Durante el proyecto, más del 95 por ciento de los empleados chinos sufrieron de malaria en diversos grados, y algunos incluso sufrieron múltiples episodios en sucesión.

Pero aún más alarmante que la malaria fue la amenaza del Ébola. A principios de 2014, el virus del Ébola se detectó y confirmó por primera vez en Guinea. A medida que el número de infecciones y muertes por Ébola seguía aumentando, muchos países de África Occidental se vieron atrapados por el miedo. Las empresas con fondos extranjeros en Guinea evacuaron, y algunas aerolíneas detuvieron sus vuelos a Guinea.

A pesar de la gravedad de la epidemia, los trabajadores chinos continuaron construyendo la central hidroeléctrica Kaleta. Se encontraban entre los pocos extranjeros que no abandonaron Guinea durante la epidemia de Ébola.

Un trabajador guineano que participó en la construcción del sitio recuerda vívidamente esos días. Él dijo: “Nunca olvidaré a los chinos que aún seguían construyendo la central eléctrica y se adhirieron a sus puestos. No tenían miedo al virus. No se rindieron con nosotros”.

El trabajo en el proyecto hidroeléctrico resistió la malaria y el Ébola, avanzazó metódicamente. El resultado fue que la central eléctrica entró en funcionamiento seis meses antes de lo previsto. La puesta en marcha de la transmisión y transformación de energía finalizó antes de la estación de energía, resolviendo el problema de la transmisión de energía con anticipación.

Fue este sentido de responsabilidad y espíritu de perseverancia lo que ha permitido a las empresas chinas ganarse los elogios del Gobierno y el pueblo de Guinea. Hay un viejo dicho en China que dice: “Compartir es más alegre que disfrutar solo”. Mientras se construía la estación hidroeléctrica, el equipo del proyecto también participó activamente en servicios de bienestar público para la población local.

La estación hidroeléctrica Kaleta, una sinfonía al desarrollo futuro

Con la ayuda de los amigos chinos, Guinea, la torre de agua de África Occidental, se está convirtiendo en una verdadera torre de energía. Las centrales hidroeléctricas han inyectado un fuerte impulso al desarrollo económico de Guinea e incluso de África Occidental.

Desde la construcción de la estación hidroeléctrica Kinkon hasta la de Kaleta, los chinos siempre han trabajado de la mano con el pueblo de Guinea para cumplir su sueño, convirtiendo a Guinea en un país rico en energía. Las dos centrales hidroeléctricas son como dos monumentos de amistad, iluminando el cielo nocturno de Guinea con electricidad inagotable y brindando esperanza para el desarrollo futuro de Guinea.