El sueño del puente de las Maldivas

Autores: Lu Jie (China), Du Cailiang (China)y Hussain Thasneem (Maldivas)

En una noche veraniega, el cielo nocturno de la isla se ilumina por hermosos fuegos artificiales. El país entero de las Maldivas celebra jubiloso y la gente se reúne en la capital, Malé, para celebrar la apertura del Puente de la Amistad China-Maldivas.

Este es el primer puente marítimo en las Maldivas, “el país de las mil islas”. El puente, con un total de dos kilómetros de largo, conecta la isla de Malé con la isla de Hulhule, donde se sitúa el Aeropuerto Internacional de Malé.

En la ceremonia de apertura del puente, el entonces presidente de Maldivas afirmó entusiasmado: “El Puente de la Amistad China-Maldivas representa un símbolo de la larga amistad entre los dos países y marca un hito en nuestras relaciones. ¡Agradecemos a la ayuda brindada del Gobierno chino para realizar el deseo del puente marítimo, anhelado por generaciones de maldivos!”.


Puente de la Amistad China-Maldivas al anochecer

La aspiración de la “Isla del Tesoro”

Ya desde el siglo X, a las Maldivas se les llamaba la “Isla del Tesoro”. Los comerciantes árabes y persas de la antigua Ruta de la Seda utilizaron las Maldivas como puerto de escala para llevar produc tos locales como perlas, ágatas, especias, cocos y pescado seco al resto del mundo. Las cochas de cauri, abundantes en este lugar, era una de las monedas utilizadas en el comercio internacional en aquella época.

En el siglo XV, la flota mercante dirigida por Zheng He arribó dos veces a las Maldivas, llamándola Liushan, que significa país de montañas submarinas en chino. Ma Huan, uno de sus acompañantes, describió a las Maldivas como “las montañas bajo el agua” en su libro Yingya Shenglan (Maravillas de Ultramar), y compuso un registro vívido de las costumbres y entornos locales: con sus cuatro costados frente del mar, innumerables islas, la mayoría de los lugareños se ganaban la vida con la pesca y los mariscos producidos se exportaban a lugares tan lejanos como India y Siam. El Sultán de aquel entonces acogió con gran hospitalidad a la flota de Zheng He y envió emisarios que la siguieron para aprender sobre comercio y tecnología.

Las estrellas no dejan de surcar el firmamento; los asuntos terrenales no paran de cambiar.

El paisaje de las Maldivas de hoy continúa siendo hermoso, y sus vistas embriagadoras la convierten en un destino turístico de nivel mundial. La isla de Malé, la isla de Hulhumalé y la isla de Hulhule, situadas en el área del Gran Malé, también muestran una gran vitalidad y desarrollo... Sin embargo, el transporte entre las islas solo puede realizarse a través de embarcaciones o hidroaviones, por lo que aún es difícil liberar por completo la potencia de las Maldivas.

La gente de la zona estuvo esperando un puente que atraviese el cielo y que añada un toque de color a las hermosas Maldivas...


Playa de Maldivas bajo el resplandor del ocaso

No obstante, la construcción de un puente que cruce el mar sobre un arrecife de coral requiere altos costos de construcción y un alto nivel de tecnología. En las Maldivas estos requisitos aún no se podían cumplir, de modo que la gente solo podía anhelar sus numerosos deseos en sus sueños.

Cuando China acordó ayudar a las Maldivas a construir este puente marítimo, mucha gente de la región no podía creerlo.

¿Realmente se haría realidad el sueño de las Maldivas?

Desde el inicio de la construcción hasta su finalización con apertura al tráfico, durante dos años y ocho meses, 975 días y noches, ya fuera bajo un sol abrasador o una lluvia torrencial, los constructores se mantuvieron dedicados a su obra. El puente usado en la construcción avanzaba hacia la otra orilla del mar día a día, y los maldivos apreciaban claramente que su anhelado sueño se acercaba a la realidad con cada día que pasaba.

La conectividad trae una vida mejor

El puente se terminó de construir y el puente finalmente se abrió.

Ese día, los habitantes de las islas no cabían de la emoción.

Temprano en la mañana, en la capital de Malé, cientos de motos se congregan en el extremo del puente, ofreciendo una escena espectacular. De igual manera automóviles privados, taxis y furgonetas, llegan uno tras otro llenando de dinamismo la mañana. Numerosos policías de tránsito mantienen el orden en la intersección mientras que los habitantes se muestran ilusionados y entusiasmados esperando experimentar de primera mano el “primer vuelo”.

Al encenderse la luz verde del puente, la gente no puede esperar para pisar el acelerador y la multitud se abalanza hacia el puente. La puerta hacia una vida mejor se abre...

En los días en que se acababa de abrir el camino, la gente a menudo pasaba en motos desde ambos extremos del puente solo para satisfacer su “adicción al puente”. Sobre este pasan jóvenes en sus motos, parejas en sus automóviles, vendedores en sus furgonetas y niños sentados en sus automóviles, cuyos rostros no pueden ocultar su rebosante alegría.


Escena en el día de apertura del Puente de la Amistad China-Maldivas

Maldivas tiene un sobrenombre romántico: “El collar que Dios arrojó entre la humanidad”. Ahora, el Puente de la Amistad China-Maldivas ha hecho que este flamante collar resplandezca aún más.

Marsha, una estudiante de secundaria de 17 años, guarda sus propias impresiones.

Esta chica va a una secundaria en Malé, pero vive en la isla de Hulhumalé. En el pasado, para ir y volver de la escuela entre las dos islas solo podía hacerlo en ferry. El estrecho entre las dos islas a menudo se ve afectado por el oleaje turbulento, además del viento y la lluvia combinados, de ahí que los inconvenientes para ir a la escuela sean difíciles de describir con palabras.

“Siempre llegaba tarde. La escuela empieza a las 8 de la mañana pero incluso si me levantaba a las 5 de la mañana no era seguro de que llegase a tiempo”, recuerda Marsha los tiempos pasados de los que tiene mucho que decir. Sin embargo, desde que se inauguró el puente, Marsha y sus compañeros de clase ya no tienen que preocuparse por llegar a tiempo a la escuela ni por los peligros del mal tiempo. En el pasado, ir a la escuela representaba realizar un “duro viaje” de dos o tres horas. Ahora va sentada en la moto de su padre todas las mañanas y puede llegar a la escuela en poco más de 10 minutos.

Este puente marítimo también ha cambiado el patrón de tráfico en el área del Gran Malé.

Se abrieron rutas especiales de transporte con nueve flamantes autobuses nuevos que cruzan el puente todos los días. Hay 52 turnos por día, que parten cada 20 minutos. Cuando hay más flujo de gente, 7.000 pasajeros son transportados por día, y se planea aumentar el número de autobuses a 22 en el futuro. La conexión entre Malé y la isla de Hulhumalé se ha vuelto más cercana.

“Esto es algo que nunca imaginamos”, exclama con alegría Hardie, residente de Malé, en el autobús. En este mismo instante, su hijo de tres años observa curioso el paisaje a través de la ventana, con una mirada alegre y traviesa. Hardie afirma aliviada: “Ahora puedo llevarlo a los parques al otro lado del puente. Antes para llevarlo a jugar era todo un problema”.

La “Isla de la Juventud” libera una nueva vitalidad

La isla de Hulhumalé es una famosa isla artificial en las Maldivas, la isla más grande del archipiélago, también conocida como la “Isla de la Juventud”. La finalización y apertura del puente ha traído un impulso más poderoso al desarrollo económico de la isla.


Puente de la Amistad China-Maldivas a lo lejos

Es un día claro. El cielo y el mar son de un mismo azul. Hussain, de 23 años, conduce la furgoneta a través del puente disfrutando contento de la refrescante brisa marina. Como director de ventas de una empresa de accesorios de ferretería, Hussain tiene que viajar entre Malé y Hulhumalé muchas veces al día. El proceso del comercio de bienes que hoy parece tan normal en el pasado era muy dificultoso. “Una vez que enviamos un lote de repuestos, ¡solo esperando el barco nos tomó más de cinco horas!”.

“Después de la apertura del puente, nos ahorramos al menos un 70% del costo de transporte. Ahora no es un problema ir y venir cuatro o cinco veces al día. Nuestro negocio se ha expandido por completo en la isla de Hulhumalé”, dijo entusiasmado Hussain, “los chinos son realmente excelentes para construir puentes, ¡mil gracias a ellos!”.

El negocio del restaurante de Peces Voladores en la isla de Hulhumalé también ha mejorado. “Después de que se abrió el puente, el número de clientes que vienen al restaurante ha aumenta do significativamente, solo en el primer mes hubo un incremento de un 30%. Particularmente los fines de semana, muchas personas que viven en Malé tienen que hacer fila para cenar, además de que nuestro personal apenas si puede atenderlos”, sostiene Geis, el jefe de cama reros. “Gracias al puente, muchos clientes en Malé pueden llamarnos para pedir la comida con anticipación y poco más de diez minutos después venir en moto y recogerla”.

La brisa marina, el sonido de las olas, las palmas de coco, la noche en la isla de Hulhumalé está llena de un sentimiento cálido, fragrante y romántico. Después de un ajetreado día la gente se toma un café despreocupado.

“¡El puente hace que nuestro cafetín sea más popular! ¡Incluso si llega la medianoche, los clientes que vienen desde Malé no tienen apresurarse para ir a casa! ¡El puente es maravilloso!”, elogia Arman, de 34 años y dueño de un cafetín, levantando los pulgares. El puente hizo posible la apertura de la autopista principal del área de Malé, facilitando los intercambios económicos. Hoy en día, las tiendas del centro de Hulhumalé abundan como árboles en el bosque, ofreciendo una escena floreciente, vibrante y animada.

A medida que cae la noche, los vehículos en el puente aún van y vienen como hilando un tejido, pululando boyantes bajo el brillo de las farolas.

Realizando juntos el sueño del puente

El tan esperado puente marítimo ha sido seguido de cerca por toda la comunidad maldiva desde que empezó su construcción. Con el fin de promover un propicio avance en la construcción del puente, el gobierno de Maldivas brindó su enorme apoyo durante la implementación del proyecto, y la Oficina de la Presidencia lideró el establecimiento del comité de coordinación del proyecto.


Bulevar en la isla de Hulhumalé

El que servía como ministro de Vivienda y Desarrollo Urbano de las Maldivas en el momento de la realización del proyecto visitaba la obra cada mes para verificar el progreso de la construcción. Las escuelas y los medios locales a menudo organizaban todo tipo de visitas, actividades de intercambio y entrevistas. Además, para satisfacer el deseo de la gente de mirar el puente, el gobierno construyó una plataforma de observación al lado de este. Durante los más de dos años que duró la construcción del puente, ir a verlo se convirtió en un hábito diario de los habitantes locales, pues la gente estaba llena de curiosidad y expectativa.

Los constructores no defraudaron el apoyo y las expectativas del pueblo maldivo, y en el corto periodo de tiempo proyectado, superaron los desafíos que surgían uno tras otro. En el complejo entorno geológico de los arrecifes de coral, estudiaron a fondo el mejor plan de operación; en medio de las condiciones de fuerte oleaje buscaron “periodos ventanas” en los que se pudo llevar a cabo la construcción; en medio de entornos peligrosos con el dengue rampante, se mantuvieron en su puesto para cumplir con su labor; al enfrentarse a condiciones de alta temperatura, alta salinidad y alta corrosión, exploraron nuevas tecnologías, nuevos materiales y nuevas técnicas... Superaron las dificultades una tras otra para ayudar a las Maldivas a cumplir su sueño de cruzar el estrecho, y finalmente construyeron sobre el océano Índico este moderno e imponente puente diseñado con una vida útil de 100 años.

Este grandioso puente es un magnífico testimonio de la amistad entre los dos países.

Ya con más de 80 años, el ex ministro de Vivienda y Desarrollo Urbano de las Maldivas, Umar Zahir, expresó emocionado cuando visitó el puente: “Este es un puente que contiene el sueño que el pueblo maldivo ha albergado durante un siglo. ¡Mientras que otros países decían que era imposible, fue el equipo chino de construcción del puente el que finalmente hizo realidad nuestro sueño!”.

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Reseña del proyecto

El Puente de la Amistad China-Maldivas cruza el mar uniendo la capital maldiva de Malé con la isla de Hulhule y cuenta con una longitud total de unos dos kilómetros. El proyecto consiste en un puente marítimo, un proyecto de cableado a través del estrecho, instalaciones auxiliares a lo largo de la línea, ingeniería del paisaje, letreros de ayuda a la navegación y pasajes reservados para los ductos municipales. El puente principal tiene 760 metros de largo y está compuesto de seis vigas en forma de V superpuestas. El puente fue construido con asistencia de China, mientras que la empresa CCCC (China Communications Construction Company) Highway Consultants Co., Ltd. implementó la gestión del proyecto y la empresa CCCC Second Harbor Engineering Co., Ltd. estuvo a cargo de la construcción.

La finalización y apertura del Puente de la Amistad China-Maldivas hizo posible la primera conexión entre la capital Malé y otras islas en la historia de las Maldivas, mejorando en gran medida la movilidad de los residentes locales y promoviendo aún más el desarrollo económico del área del Gran Malé.