Iluminando la tierra de Punyab

Autores: Zhang Yuwen (China) y Hafaiz Awais (Pakistán)

“Este es desierto de Cholistán. ¿Puedes creer que sobre sus áridas arenas creció esta alfombra de verde pasto?”.

“Imposible”, replicó Isaac, un ingeniero pakistaní, cuya familia ha vivido en la región del desierto por generaciones. “El desierto no tiene más que arena. Entonces, ¿cómo puede crecer allí el pasto? ¡Y en un área tan grande!”.

Cuando Yang Shuai, su colega chino, regresó a la oficina y le mostró la fotografía del desierto de Cholistán en su teléfono celular, Isaac se negaba a creerlo.

El desierto de Cholistán, ubicado en las afueras de la ciudad de Bahawalpur de la provincia de Punyab en Pakistán, desde antiguo había mostrado pocos signos de habitación humana. Solo se divisaba una infinitud de yermas dunas bajo un sol abrasador que brillaba implacable sobre las cabezas, un paisaje que parecía de un planeta deshabitado.

Es increíble ver la hierba verde que crece allí. Pero aún más sorprendente es que el desierto se ha convertido en la fuente de energía de Isaac y su comunidad. La planta de energía solar fotovoltaica de 900 megavatios (mw) de Zonergy Pakistán se está construyendo en el lugar, y se espera que, una vez terminada, genere anualmente cerca de 1.300 millones de kw/h de electricidad limpia. Esto aliviará el problema de escasez de energía local, mejorará el sustento de las personas e impulsará la economía de la región.

La vida sin apagones

Punyab es la provincia cuya agricultura e industria son las más desarrolladas en Pakistán, con una población de más de 100 millones de personas. Sin embargo, por mucho tiempo había padecido de una grave escasez de energía y los cortes eléctricos eran el pan de cada día. Las cosas eran mucho peores en las áreas rurales remotas, donde la gente recibía como máximo tres o cuatro horas diarias de electricidad, lo que afectaba seriamente sus vidas y paralizaba el crecimiento económico.

“Los cortes de electricidad duraban hasta 12 horas al día en verano, lo que afectaba gravemente nuestras vidas”, dice Salem, de 28 años, residente de Punyab. “Y en las noches el calor no daba tregua. Nos despertábamos a las dos o tres de la madrugada, empapados en sudor. Los electrodomésticos que habíamos comprado con tanto esfuerzo se convirtieron en simples objetos decorativos que no podíamos usar. Las velas se convirtieron en una necesidad diaria del hogar. Los frecuentes apagones hacían que la gente viviera realmente desalentada”. Cuando Salem escuchó que Zonergy estaba buscando trabajadores locales para un proyecto de energía en la provincia, presentó su solicitud de inmediato.

Esto no solo le ocurría a Salem, pues la escasez de energía era un problema generalizado de muchos pakistaníes. La región carecía de recursos de carbón y el costo de importar combustible era demasiado alto. ¿Dónde encontrar una solución real al problema de escasez de energía?

La respuesta estaba en la generación de energía solar.

Teniendo en cuenta las condiciones climáticas naturales de Pakistán, el conglomerado energético chino Zonergy Co., Ltd. sugirió construir una planta fotovoltaica.

Los constructores dirigieron su atención al desierto de Cholistán. Aunque no es apto para la vivienda humana, es un lugar ideal para una planta fotovoltaica. El desierto recibe 3.000 horas de luz solar al año, lo que lo convierte en una de las áreas del mundo con mayor radiación solar. Así, la energía solar era la opción ideal. Aunque las centrales térmicas pueden generar más energía, las plantas foto-voltaicas se construyen más rápido y pueden entrar en funcionamiento con la mayor prontitud para satisfacer la demanda de energía.

La primera fase de la planta fotovoltaica de Zonergy de 300 mw se conectó a la red eléctrica hace más de tres años. Para junio de 2019, había generado 1.560 millones de kw/h de electricidad, cubriendo las necesidades de energía de aproximadamente 280.000 familias locales. Los apagones se han reducido a una o dos horas al día, aliviando la escasez de energía local. Además, en contraste con las centrales térmicas tradicionales, las plantas fotovoltaicas son más respetuosas con el medio ambiente. Pueden reducir el consumo de carbón en aproximadamente 170.000 toneladas y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en 400.000 toneladas.


“Ya hay luz”

Para promover el desarrollo sostenible de los recursos locales y proteger el medio ambiente, el Gobierno de Pakistán planea aumentar gradualmente la proporción de energía verde del total de energía generada en el futuro. La planta fotovoltaica de Zonergy se ha convertido en pionera del desarrollo de la energía solar en Pakistán, dando un importante ejemplo para el futuro progreso del país en materia de generación de energía verde.

Salem ahora es líder de equipo en Zonergy. Todos los días, mientras inspecciona la planta, la vista de las firmes filas de paneles fotovoltaicos le genera una sensación de satisfacción y éxito. “Creo que mi trabajo es muy significativo”, dice. “Un nuevo amanecer está en el futuro cercano. Cuando la planta de 900 mw se termine de construir, los apagones desaparecerán. Nos estamos acercando a ese día”.

Desafíos de clima cálido

No es fácil construir una planta fotovoltaica en el desierto.

Bajo el sol abrasador, los constructores soportaron enormes sufrimientos.

En junio, la temperatura alcanza los 50 °C en el desierto. Incluso mantenerse de pie bajo sol es muy difícil, ni qué decir de realizar tareas de construcción. El desierto se calienta como una infinita vaporera de bambú y todos los días hay casos de personas que colapsan por insolación.

En la primera etapa de la construcción, no había suministro de agua, carreteras de acceso ni electricidad. Todos tenían que dormir en contenedores, tiritando en invierno y ardiendo en verano, era casi como acostarse a la intemperie.

El pilotaje, que se refiere a la cimentación de pilotes para apoyar la base, era un trabajo de suma importancia en el proyecto, pues si el pilotaje no se realizaba a tiempo, todo el trabajo se retrasaría. La perforación era el primer paso para ello. Sin embargo, lo que los constructores no se habían imaginado era que solo había un equipo profesional de perforación mecánica disponible en todo Pakistán, lo que hacía que pareciera imposible que la construcción se completara a tiempo.

¿Qué se podía hacer? Dado que el proyecto tenía una fecha límite, se instó a todos a ayudar de la manera que pudieran, de modo que surgieron innumerables y variados “métodos indígenas” de perforación.

El sitio de construcción fue testigo de una amplia gama de métodos de perforación que parecían exhibir la historia completa de la tecnología de perforación. Además de los operadores de grandes máquinas de perforación mecánica convencionales, había 20 trabajadores con pequeños taladros, mientras que otros 50 hicieron excavaciones manuales. Incluso había personas manejando tractores transformados en “máquinas de perforación”. Con varios mecanismos y a diferentes velocidades y frecuencias, construyeron conjuntamente los cimientos de pilotes, grandes y pequeños. Retumbando y tintineando, esta “orquesta de percusión” pakistaní compuesta por las variopintas máquinas ofrecía un “concierto” de alta velocidad y al más alto nivel en medio del tórrido verano.

Aún más espectacular fue la escena en la que cientos de trabajadores comenzaron a desenrollar los cables utilizados en la construcción. Gruesos, pesados y de varios kilómetros de longitud, había que desenrollarlos del carrete y colocarlos en la zanja para cables. Como no había equipos apropiados, el trabajo debía realizarse con fuerza humana. Varios cientos de personas se alinearon con majestuosidad para completar la tarea a mano. “¡Uno! ¡Dos! ¡Uno! ¡Dos!”, voceaban en coro vigorosamente para orquestar la acción, gritos armoniosos que resonaban en el vasto desierto.

Más de 500 técnicos chinos y alrededor de 3.000 empleados pakistaníes participaron en la construcción de la primera fase. Juntos afrontaron la temporada de lluvias, el abrasador verano, las tormentas de arena y los desafíos técnicos para construir el proyecto con altos estándares.

Al enfrentar los desafíos juntos, los colegas chinos y pakistaníes se convirtieron en íntimos compañeros, compartiendo infortunios y alegrías.

Los técnicos y trabajadores pakistaníes aprendían de sus trabajos, lo que perfeccionó sus habilidades rápidamente. Algunos incluso ahora están a cargo de las operaciones. Desde que la planta se conectó a la red eléctrica, los ingenieros chinos y pakistaníes han realizado conjuntamente su operación y mantenimiento diarios, entre los cuales los ingenieros paquistaníes constituyen el 80% del personal.

“Nos afligíamos debido al verano con temperaturas por encima de los 50 °C, los ubicuos mosquitos que nos picaban de pies a cabeza y a que extrañábamos a nuestras familias. Pero todos se quedaron para poder completar el proyecto con prontitud”, relata Yang Shuai, un joven ingeniero civil.

La planta de energía de 900 mw de Zonergy no solo ha brindado electricidad a los paquistaníes, sino que también ha iluminado la comunicación y la cooperación entre las dos distintas civilizaciones, integrando la sabiduría y la cultura de los empleados de los dos países.

“Cuando dormía en el contenedor, pese a las condiciones rudimentarias, supe que valía la pena al ver toda el área cubierta con paneles fotovoltaicos. Estoy muy orgulloso de contarles a mis amigos que he participado en el trabajo de construcción de la planta”, cuenta durante el almuerzo Zardran, un empleado pakistaní, dando palmadas afectuosas a su colega chino Wang Yixin.

“Si tus amigos lo desean, pueden postularse para trabajar en la segunda fase. Vamos a necesitar mucha gente ya que la segunda fase está por comenzar”, respondió Wang Yixin provocando sonrisas a sus otros colegas pakistaníes.

La mezquita reluciente en el oasis de energía solar

A medida que el sol se oculta en el poniente, los rayos crepusculares tiñen a las nubes de arrebol, sonrojando por completo el horizonte. El brillo arrebolado a su vez reviste una blanca e impoluta mezquita que se alza en el vasto desierto como una personificación de paz y belleza.

Detrás de la mezquita hay incontables filas de paneles fotovoltaicos color azul celeste que hacen que el níveo domo resplandezca con particular fulgor.

Al empezar la construcción de la planta, el equipo de construcción descubrió que la mezquita se encontraba en el área donde debía comenzar el proyecto. El propietario le dijo al equipo que podría ser demolida y que la gente local tampoco se oponía. Sin embargo, en consideración con las costumbres religiosas locales, Zonergy modificó el plan del proyecto para preservar la mezquita.

Además, la compañía renovó las paredes y el techo de la mezquita y reparó su pozo, para que fuera conveniente que los lugareños y sus empleados locales rezaran en ella.


La planta fotovoltaica y la mezquita cercana bajo el crepúsculo

Para los trabajadores que están de turno y no pueden ir a la mezquita a rezar, hay una sala de oración en cada subestación eléctrica de la planta. Al final de cada día laboral, sale de la radio el evocador sonido del adhan o el llamado a la plegaria en el islam, recordando a los creyentes que es hora de la oración de la tarde. Algunos empleados y residentes cercanos se reúnen en pequeños grupos y caminan en dirección a la mezquita.

“Respetar la cultura local” no es una frase vacía en este lugar.

Cuando llega el mes del Ramadán, un periodo de ayuno, los trabajadores locales no comen ni beben agua durante el día. Dado que les resulta difícil trabajar con normalidad, los empleados chinos hacen todo lo posible por realizar más tareas.

Durante las festividades de Eid al-Fitr (Fiesta de la ruptura del ayuno) y Eid al-Adha (Celebración del sacrificio), los empleados loca-les reciben regalos y un bono de la compañía, participan en la cena organizada por la empresa y disfrutan de vacaciones pagas. Durante este periodo, los jefes de estación chinos reemplazan a sus colegas locales y llegan al trabajo a las 5 a. m. para garantizar el funciona-miento normal de la planta.

“Aprecio a todos mis colegas chinos. Realmente respetan nuestra cultura y costumbres. Para comunicarse mejor con nosotros, han aprendido urdu por sí mismos. Ahora nos gusta jugar tenis de mesa juntos”, dice Harima, un empleado paquistaní. Luego de asistir a la oración de la tarde en la mezquita, cuenta sus historias mientras camina a casa.

Aunque ya es de noche, la mezquita continúa brillando con intensidad.

El desierto de Cholistán hoy posee un mar azul. Está conformado por más de un millón de paneles solares color celeste.

“En el pasado, incluso los habitantes de la región no venían al desierto. Pero ahora se ha convertido en el más avanzado oasis de energía solar”, comenta emocionado Isaac, señalando los paneles fotovoltaicos circundantes. “La planta nos ha dado un beneficio adicional. El agua utilizada para limpiar los paneles fotovoltaicos gotea y se filtra en el suelo, haciendo que la hierba y otras plantas crezcan en el árido desierto. Esto puede evitar en parte una mayor desertificación y estabilizar la arena”.


Paisaje en Pakistán

La vegetación ha atraído animales como liebres, puercoespines, serpientes e incluso lobos y pangolines, convirtiendo el desierto en un lugar lleno de vida. En un instante, el desierto se llenó de vitalidad con estos pequeños visitantes.

Pakistán solía ser una parada importante en la antigua Ruta de la Seda. Los monjes chinos Faxian, de la dinastía Jin del Este (317-420), y Xuanzang, de la dinastía Tang (618-907), visitaron Taxila, una antigua ciudad en el Noroeste de Pakistán, y llevaron desde allí el arte de Gandhara a China.

Un milenio después, China ha introducido nuevas energías limpias en Pakistán, y el proyecto chino del “oasis de energía solar” ha encendido la luz en los corazones de las personas. Cada unidad de energía verde generada aquí condensa la profunda amistad de los pueblos de los dos países.

MÁS

Reseña del proyecto

El proyecto de la planta de energía fotovoltaica de 900 mw de Zonergy Pakistán se encuentra en un parque solar en Bahawalpur, en la provincia de Punyab. Iniciada oficialmente en mayo de 2015, la primera fase del proyecto de 300 MW se conectó a la red eléctrica en junio de 2016. Durante la construcción, se crearon más de 3.000 empleos locales. El proyecto capacitó a cerca de 100 ingenieros y a decenas de trabajadores calificados en operación y mantenimiento de energía fotovoltaica.

La primera fase ya está completada y suministra electricidad directamente a Bahawalpur, satisfaciendo el 30% de la demanda de energía de la región. Ha aliviado efectivamente la escasez de energía local y ha contribuido al crecimiento económico local. También ha mejorado la vida de las personas, ha promovido el empleo, ha formado a personal en energía fotovoltaica y ha optimizado la estructura energética.